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EL RETO DEL SIGLO XXI

Liderazgo no es hablar bien. Si fuese cuestión de oratoria todos los maestros de ceremonia o los locutores serían líderes. No se debe confundir al líder con un animador o con alguien que  solo es bueno lanzando arengas. Liderazgo tampoco es "ser carismático."  De hecho, no se debe confundir simpatía con liderazgo.  Caerle bien a las personas es distinto a saber DIRIGIR PERSONAS.

Si hay una definición de LÍDER  es la que advirtiera Peter Drucker: "Líder es alguien que tiene seguidores." Y no hay nada de malo con el término "seguidor." De alguno u otro modo todos somos seguidores de alguien o de algo. Incluso los propios líderes han sido o son influenciados por otros líderes.

Pero hay algo muy curioso: los líderes tienen seguidores pero no buscan seguidores. Es al revés: los seguidores buscan líderes. La gente está buscando a quiénes seguir. De quienes aprender. A quienes acompañar. A quienes apoyar.



Actualmente hay una enorme crisis mundial de liderazgo. En la política hay mucha retorica, pero poco liderazgo. En los negocios hay mucha administración, pero poco liderazgo. En algunos multiniveles hay mucho reclutamiento, pero poco liderazgo. En las familias hay tecnología y mucho control (padres comportándose como jefes), pero poco liderazgo.



El verdadero desafío es el liderazgo. El liderazgo logra resultados por encima del promedio. El liderazgo construye algo que perdura por encima del promedio. El liderazgo ve más allá del promedio.


Pero liderar no es fácil. Liderar exige, antes que preparación, mucha voluntad.

Primero, porque para liderar a otros primero debes liderarte a ti mismo. Y eso exige mucho compromiso. Éste es el trabajo más difícil: trabajar en uno mismo. Dijo una vez un pensador: "Dominarse a sí mismo es más difícil que aprender 7 idiomas."

Segundo, se requiere voluntad porque si bien los líderes son jugadores de equipo, al principio los líderes también pueden ser aves solitarias. Y solo los valientes pueden mantenerse  en el camino aun cuando van sin compañía. Cuando un líder empieza algo, es probable que nadie le crea. Porque los lideres ven lo que otros no logran ver. Por eso al principio lo critican, lo juzgan, lo etiquetan. Y el líder sigue allí, solo pero de pie. Cuando ven que nadie lo puede detener, allí recién empiezan a tomarlo en serio. Eso requiere mucha voluntad.

Quizá un notable ejemplo de verdadero liderazgo fue Gandhi, quien predicó un liderazgo centrado en principios. La historia dice que una mujer y su hijo se acercaron  a Gandhi. Mahatma - dijo la mujer - le pido un favor: he traído a mi hijo para que usted hable con él. Dígale que deje de consumir azúcar, le han detectado principio de diabetes... Gandhi la escucha y luego le responde: Vengan en dos semanas, ahora no puedo hablar con él. Pero Mahatma, solo dale ese consejo. Pídele que no coma azúcar .- insistió la mujer. Vengan en dos semanas, volvió a insistir Gandhi. Y así fue, al cabo de dos semanas la mujer regresa con su hijo y Gandhi recién lo aconseja. Entonces la mujer sorprendida pregunta: ¿Mahatma, por qué hace dos semanas no le aconsejaste? Porque hace dos semanas yo también consumía azúcar.- respondió Gandhi.

Los líderes no buscan seguidores. Los líderes hacen lo correcto y como consecuencia la gente correcta los sigue. Los líderes (no los caudillos) no son populistas, no están buscando gente que los aplauda. Ellos no buscan caerle bien a la gente: ellos buscan hacer lo que sus principios dictan.

#ClasesdeLiderazgo

#LiderarParaGanar

Juan Carlos Atoche

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